Hacia el nordeste, poco más allá de Valencia, se encuentra la ciudad de Sagunto. Y al sur, siguiendo la costa, esta la ciudad de Cartagena. Las dos muy importantes desde el punto de vista histórico. Y entre ellas, a doscientos kilómetros de la primera y a cien de la segunda, está la ciudad de Elche.
Las tres tuvieron un papel más que relevante durante el largo, larguísimo proceso de lo que ha dado en denominarse Imperio Romano.
Y las tres, pasados los siglos tienen otra cosa en común, son el escenario de sendos festivales de teatro que recuerdan la que, casi con toda certeza, ha sido la civilización más determinante en la historia de Europa. ¿Las tres? No, no es cierto. Sólo dos: Cartegena y Sagunto.
Hasta el momento. Porque a partir de ahora, además de la Vía Augusta, habrá algo que vuelva a ser común en las tres urbes.
Así es. Elche se une al esfuerzo divulgativo de una de las manifestaciones culturales que más ha perdurado a través del tiempo: el teatro. El teatro clásico, el teatro grecolatino, con su propio festival.
Y lo hace en el mejor de los escenarios, en el yacimiento íbero romano de L' Alcúdia. Autores como Séneca, Plauto, Terencio o Aristófanes van escucharse entre las ruinas de lo que antaño fue Ilici Augusta, lo mismo que hacen en Cartago Nova o en Saguntum.
¿Por qué romanos o griegos? Porque la importancia de Roma permanece en esta parte del mundo de tal modo que, incluso hoy, seguimos usando, como vehículo transmisor de la cultura y las ideas, la grafía latina que legaron los romanos. Estas mismas líneas están escritas, mayoritariamente, con los mismos caracteres que pudieron usar Ovidio o César. Y si Roma es el salón de nuestra cultura, Grecia, la de Sófocles y Homero, es el vestíbulo.
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